¿Cómo funciona el Garrote Vil? Descubre la verdad detrás de esta cruel forma de ejecución
El garrote vil: método de ejecución en España
El garrote vil fue un método de ejecución utilizado en España desde 1820 hasta la abolición de la pena de muerte en 1978. Consistía en la rotura del cuello de los condenados a través de un collar de hierro asido a un tornillo con una bola en el extremo. Aunque teóricamente la muerte era instantánea, en la mayoría de los casos causaba lesiones laríngeas y la víctima moría por estrangulamiento.
El mecanismo del garrote vil
El garrote vil era un mecanismo compuesto por diferentes elementos. El condenado era colocado en una silla frente a una tabla vertical. En la parte superior de la tabla se encontraba el tornillo, que estaba unido a un collar de hierro que rodeaba el cuello del reo. La bola en el extremo del tornillo servía para aplicar presión y romper el cuello.
La ejecución se llevaba a cabo girando el tornillo con una palanca o una manivela. La fuerza física del verdugo al girar el tornillo y aplastar el cuello era determinante en el proceso. Una vez que se aplicaba la presión suficiente, se provocaba la dislocación de la apófisis de la vértebra axis sobre el atlas en la columna cervical, lo que causaba la muerte del condenado.
El garrote vil y el estrangulamiento
Aunque se suponía que el garrote vil causaba una muerte instantánea, en la mayoría de los casos la víctima moría por estrangulamiento. La presión ejercida sobre el cuello podía provocar lesiones laríngeas, dificultando la respiración y causando un proceso de asfixia lento y doloroso. De esta manera, la muerte no era tan rápida como se esperaba y el condenado sufría hasta su último aliento.
Últimos casos de ejecución por garrote vil en España
Los últimos ejecutados por garrote vil en España fueron Salvador Puig Antich y Heinz Ches en 1974. Estos casos generaron gran controversia y debate en la sociedad española, ya que muchos consideraban que la pena de muerte era inhumana y contraria a los derechos humanos.
Salvador Puig Antich fue un militante anarquista que fue condenado a muerte por su presunta participación en la muerte de un policía durante la lucha contra la dictadura franquista. Heinz Ches, por su parte, fue condenado por asesinar a un niño de 13 años.
Estas ejecuciones marcaron el fin del garrote vil en España, ya que poco después se produjo la abolición de la pena de muerte en el país. A partir de ese momento, se consideró que este método de ejecución era cruel e inhumano, y se buscó la aplicación de penas más acordes con los principios de justicia y respeto a los derechos fundamentales.
El verdugo oficial y la polémica
El garrote vil era aplicado por un verdugo oficial, que en el caso de España era Federico Muñoz Contreras. Sin embargo, este verdugo no escapó de la polémica. Después de las ejecuciones de Salvador Puig Antich y Heinz Ches, Muñoz Contreras fue identificado, procesado y condenado por matar a tres personas en un bar de Barcelona.
La polémica en torno al garrote vil y a la pena de muerte en general también se vio reflejada en el caso de la última mujer ejecutada en España. Esta mujer fue condenada por asesinar a su señora utilizando arsénico. Su ejecución tuvo lugar en 1959, antes de los casos de Puig Antich y Ches.
El último ejecutado por garrote vil
José Jarabo Pérez Morris fue el último ejecutado con garrote vil por la justicia civil en España. Era sobrino del presidente del Tribunal Supremo y fue condenado por el asesinato de una joven de 17 años en 1958. Su ejecución tuvo lugar en 1959, el mismo año que la última ejecución de una mujer en España.
Estos casos marcaron el fin de una época en la que el garrote vil era considerado un método de ejecución aceptado por la sociedad española. A medida que avanzaba el siglo XX, las ideas sobre justicia y derechos humanos evolucionaron, y se consideró que este método era cruel e inhumano.
El garrote vil fue un método de ejecución utilizado en España desde 1820 hasta la abolición de la pena de muerte en 1978. Consistía en la rotura del cuello de los condenados a través de un collar de hierro asido a un tornillo con una bola en el extremo. Aunque teóricamente la muerte era instantánea, en la mayoría de los casos causaba lesiones laríngeas y la víctima moría por estrangulamiento. Los últimos ejecutados por este método en España fueron Salvador Puig Antich y Heinz Ches en 1974.
¿Te intriga saber más sobre temas como ¿Cómo funciona el Garrote Vil? Descubre la verdad detrás de esta cruel forma de ejecución? Descubre una variedad de artículos fascinantes en la categoría Herramientas.
Deja una respuesta